Spider-Man: del cómic a la consola

«A todos nos gustaría tener superpoderes, ya que a todos nos gustaría hacer más de lo que podemos hacer«
Stan Lee (1922 – 2018)

Seguimos necesitando héroes, unos valientes que se sacrifiquen por los demás, que sean un ejemplo para todos.

Todo el mundo quiere tener un héroe; la gente hace cola para verlos, los aclama, grita sus nombres, y años después contarán cómo estuvieron horas bajo la lluvia sólo para poder ver fugazmente a aquel que les enseñó a aguantar un segundo más.


Hoy podríamos recordar este videojuego de Spider-Man ya que, el pasado 15 de septiembre de 2020, cumplió veinte años.

Spider-Man-PSX
Spider-Man (2000) lanzado en PlayStation, Game Boy Color, Nintendo 64, Dreamcast y PC

Spider-man en los 90

Esta portada nos retrotrae a una época en la que los tazos de Pokémon aún rebotaban sobre el asfalto y cuando los Bollycao sabían mejor que los de ahora.

Sentarse a ver la tele con un brick de zumo y un sándwich de Nocilla o Nutella —según se prefiriera— para después jugar a la consola. En cuanto a los deberes… Bueno, ahí estaban.

Una de las series que pudimos ver en su momento fue Spider-Man: The Animated Series en la década de los 90; seguro que la intro ya está sonando en tu cabeza ahora mismo, pero por si no lo hace, aquí te la traigo yo:

Para muchos esta serie animada fue su primer acercamiento, ya no sólo al héroe arácnido, también al propio género de los superhéroes.

Otros quizá pasaron antes por los cómics y por la Atari antes de llegar al de PlayStation.

Spider-Man ha despertado siempre un cariño especial en el público, sobre todo en niños y adolescentes; quizá por ser un empollón retraído que valía mucho más de lo que el resto veía, tal vez por ser un huérfano criado por sus tíos Ben y May, o porque, al ser objeto de burla por parte de sus compañeros, los cuales le veían como un bicho raro, nos hacía empatizar con él de un modo íntimo y personal.

Aun cuando no tenía poderes, Peter Parker significaba algo para los que leían cómics o jugaban a videojuegos, pues «Hay una persona que sí puede marcar la diferencia» Stan Lee apuntaba esta frase en uno de sus tantos cameos de películas de Marvel; decía de sí mismo que era un actor frustrado y aquellos cameos eran una dulce participación tanto para él como para el film. Este caso era en Spider-Man 3 del 2007, película dirigida por Sam Raimi y con Tobey Maguire de protagonista.

A día de hoy Spider-Man cuenta con un puñado de versiones tanto en cine como en los cómics y mi consejo sería: no intentes establecer un ranking de importancia, disfruta de todo lo que te llegue a tus manos.

LA CREACIÓN DE SPIDERMAN

Antes de llegar al videojuego que nos ocupa, pongamos en contexto al personaje. Hablemos brevemente del origen del Trepamuros.

Un día el editor de Stan Lee acudió a su despacho para decirle que quería un nuevo superhéroe —por aquel entonces ya tenían a Los Cuatro Fantásticos y a los X-Men—, Stan se fue a casa a pensar en un nuevo superhéroe para mantener su trabajo.

Aseguraba que lo más importante de un superhéroe son los superpoderes y que lo demás viene solo. Bueno, pues ya en su casa, mientras se estrujaba la cabeza para dar con una idea, vio a una mosca trepar por la pared. Entonces pensó en un superhéroe que pudiera pegarse a las paredes y treparlas —quien lo diría, ¿verdad? Una mosca— después había que ponerle un nombre, y una vez que descartó nombres como FlyMan, MosquitoMan, entre otros, se le ocurrió Spider-Man que sonaba muy bien.

Aseguraba que, por diversión, quería que la persona tras la máscara fuera un adolescente, un adolescente con problemas personales.

Con todo aquello, Stan regresó a la oficina y se lo contó todo a su editor, que reaccionó de esta manera: «Stan, esa la peor idea que he escuchado en mi vida». Incapaz de sacarse de la cabeza a este superhéroe, decidió presentarlo en el último número de la revista Amazing Fantasy.

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Así pues, Spider-Man vio la luz de mano de Stan Lee y Steve Ditko (Stan se encargaba del guion y Steve estaba a los lápices).

Apareció en el número quince de la revista Amazing Fantasy en agosto 1962 y el resto, como suele decirse, es historia.

EL CLÁSICO DE PLAYSTATION

Y como si fuéramos elefantes que se balancean en la tela de una araña, llegamos al videojuego de nuestro vecino y amigo del año 2000.

Neversoft —una de las desarrolladoras del título— hacía acto de presencia con aquel ojo que huía de las letras que daban nombre a la compañía que, a su vez, caían desde lo alto de la pantalla atrapándolo entre la ese y la efe. El suplicio terminaba cuando una lanza lo atravesaba y el nervio se enroscaba a su alrededor.

A continuación, nos recibía el cabeza de red mientras, de fondo, podíamos escuchar esto:

Ya en el menú, teníamos a Spider-Man en el centro con una pose heroica y a ambos lados del personaje las diferentes opciones del juego.

Hay que decir del juego que, a pesar de haber llegado a España, las voces de los personajes y, a su vez, las cinemáticas, estaban en inglés.

La historia se desarrolla a lo largo de seis capítulos intercalando fases de plataformas con un combate efectivo: puñetazos, patadas y habilidades con redes, las cuales consistían en la creación de “puños telaraña” que aumentaban el daño de nuestros golpes, enredar a los enemigos hasta inmovilizarlos, o crear un iglú de telarañas que, de golpe y porrazo, estallaba con gran impacto. Muy útil para grupos numerosos de enemigos.

Además, tenemos a un narrador omnisciente en la aventura y no es otro que Stan Lee. Un bonito aliciente.

Hay un detalle que ya en su momento me gustó bastante: durante la partida, teniendo ya el control de Spider-Man, en la esquina superior derecha tenemos la imagen del personaje de la cual salen dos barras: la barra de vitalidad en horizontal, que disminuirá a medida que recibamos daño; y la barra de nuestras cápsulas de red, la cual se gastará con los ataques de red o, incluso, mientras no balanceamos.

El hecho de que las telarañas pudieran agotarse, ya fuera por el balanceo o por combate, me hacía sentir, hasta cierto punto, cuidadoso con mi recurso arácnido —elemento que ya estaba presente en la serie de animación y que nos hacía sonreír—.

A día de hoy resulta casi inapreciable, pero la magia sigue estando allí.

Título divertido y nostálgico a partes iguales que cierro con la frase que todos recordamos:

«Un gran poder, conlleva una gran responsabilidad»


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Víctor Lozano

Colaborador del Blog

Por cortesía de tu vecino y amigo Spider-Man


1 comentario en “SPIDER-MAN: DEL CÓMIC A LA CONSOLA [Spiderman 2000]”

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